Museo de Bellas Artes de Sevilla - Plaza Museo
Historia
En principio fue el Convento de la Merced Calzada de la Asunción, fundado por San Pedro Nolasco en época de Fernando III que le fueron cedidas unas tierras para levantar el edificio conventual de estilo mudéjar, tras la reconquista de la ciudad.
Tras unas remodelaciones promovidas en el siglo XVII por Fray Alonso de Monroy (general de la Orden desde 1602) y ejecutadas por el arquitecto y escultor Juan de Oviedo y de la Bandera a partir de 1603, se comienza el edificio que actualmente contemplamos, después de derribar el antiguo Convento que ocupaba el solar, terminándose la obra principal en 1612, acabándose definitivamente 50 años más tarde en su totalidad, pasando a formar parte de una belleza más del manierismo andaluz. El claustro fue transformado en su parte superior en 1724 por Leonardo de Figueroa.
La Orden que ocupaba el edificio fue expulsada en 1835, tras la desamortización de Mendizábal, en 1839 pasó a ser museo. Desde que se convirtiera en museo fue modificado estructuralmente en tres ocasiones, en primer lugar entre 1868 y 1898 que se restauraron las arquerías y muros del piso primero, el solado de los claustros y alicatado con azulejos de otros conventos desamortizados, por segunda vez se retocó entre 1942 y 1945, la antigua sacristía pasó a convertirse en el patio de las Conchas y la fachada principal cambió de lugar, cerrando la portada barroca por la que se accedía anteriormente. La tercera vez que sufrió una modificación fue entre 1985 y 1993 que se rehabilitó en su totalidad y acondicionó realmente para que sirviera como museo rigiéndose a las exigencias existentes para ello.
El Museo de Bellas Artes de Sevilla fue fundado como "Museo de pinturas", por Real Decreto de 16 de septiembre de 1835, con las obras procedentes de conventos y monasterios desamortizados por el gobierno liberal de Mendizábal. Se sitúa en la plaza del mismo nombre, ocupando el antiguo Convento de la Merced Calzada fundado por San Pedro Nolasco en unos terrenos cedidos por Fernando III tras conquistar Sevilla.
El edificio que hoy contemplamos debe su organización general a las transformaciones realizadas en las primeras décadas del siglo XVII gracias al impulso de Fray Alonso de Monroy, general de la Orden desde 1602. El arquitecto y escultor Juan de Oviedo y de la Bandera presentó en 1603 las trazas e instrucciones para la construcción, que se inició con el derribo del antiguo edificio mudéjar. En 1612 se concluyó el templo y casi medio siglo después el resto de la fábrica, configurándose así una de las más bellas muestras del manierismo andaluz.
Desde su fundación como museo, el edificio ha experimentado tres grandes intervenciones. La primera, entre 1868 y 1898, con la restauración de las arquerías y muros del primer piso, solado de los claustros y su alicatado con azulejos procedentes de conventos desamortizados. La segunda, entre 1942 y 1945, con la apertura del patio de las Conchas en el espacio de la antigua sacristía y el traslado de la fachada principal de la antigua portada barroca a la calle Bailén. La tercera, iniciada en 1985 y culminada en 1993, se desarrolló en varias fases con el objetivo de lograr una rehabilitación total del edificio y su adecuación a las múltiples exigencias de la moderna museografía.
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