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La plaza de toros es propiedad de una Corporación Nobiliaria, con sede en la ciudad de Sevilla a la que da nombre. Integrada por caballeros pertenecientes a antiguas familias nobles lleva a cabo múltiples actividades de carácter benéfico y social, de fomento del arte ecuestre y de apoyo a la tauromaquia. El ejercicio del mecenazgo cultural y artístico es otra de sus dedicaciones. A la creación en 1966 de unos prestigiosos galardones a los mejores expedientes de las Facultades y Escuelas de la Universidad de Sevilla, se une la concesión de importantes premios de arte e investigación, como la convocatoria de premios para investigadores jóvenes, y el patrocinio de actividades realizadas por instituciones culturales de la ciudad, celebrando también ciclos musicales y muestras artísticas de variado contenido.
En los aledaños de la plaza se encuentran estatuas dedicadas a los toreros sevillanos que más han triunfado en la misma destacando entre ellas la dedicada al torero Curro Romero
Historia
En 1749 se comienza la construcción de un coso circular en el monte del Baratillo en sustitución de la plaza de toros rectangular ubicada en el lugar. Posteriormente, en 1761, se acomete la construcción por ochavas (equivalente cada ochava a cuatro arcos). Son maestros de obra en esta primera etapa de construcción Francisco Sánchez de Aragón y Pedro y Vicente de San Martín. La fachada interior de la plaza, llamada Palco del Príncipe, se concluye en 1765. Este palco consta de dos cuerpos: la puerta de acceso a la plaza y por la que salen los toreros triunfadores, y el palco propiamente dicho, de uso exclusivo de la Familia Real. Está compuesto en su parte superior por cuatro arcos sobre los cuales descansa una bóveda de media naranja, que en su parte superior está recubierta por azulejos blancos y azules. El grupo escultórico que lo remata es obra del escultor portugués Cayetano de Acosta. El Palco fue realizado para el Infante de España, Felipe de Borbón, hijo de Felipe V e Isabel de Farnesio.
Dada la prohibición de celebración de corridas de toros por parte de Carlos III en 1786, se paralizan las obras dándose por concluidas, aunque sólo se había construido un tercio de la plaza. De esta etapa es también el antiguo Palco de la Diputación posteriormente llamado de Ganaderos, situado sobre la puerta de toriles y frente al Palco del Príncipe.
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